miércoles, 29 de abril de 2009

Aventura con mi perro

Un día de la semana de cuyo nombre no me acuerdo, paseábamos muy tranquilamente mi noble can y yo por la calle Río Ebro, donde los edificios son como otro cualquiera, si no fuera porque la casa del Bajo, da a la misma calle. Y véase que de una de esas casas, que para protegerse de los ladrones tiene verjas, sale un minino del mismo tamaño que mi can.
Seguimos Cuzco y yo tranquilamente andando, sin parar ni reparar en el susodicho felino, cuando me percato, de que el jodido gato, ha multiplicado por dos su tamaño, y nos persigue con la insana intención, de atacar a Cuzco.
Visto esto, acelero un poco el paso, y aún así no nos deja en paz el gato.
Hasta dos veces tuve que aupar a Cuzco para no ser objeto de un arañazo brusco.
Ya con la cara roja y el corazón palpitante; porque a mi también me daba miedo el malvado felino, agarré una piedra y avisté otra; por si con la primera no se amedrentaba, con la segunda le abría la cabeza.
Lanzéle la primera con Cuzco en mi regazo, pensando ya que tendría que pisarle el cuello al maldito gato, cuando apuntando hacia sus patas no le dí, pero si ofendí. Porque bufando y con el rabo entre las patas, salió por debajo de un coche como alma que lleva el diablo.

Y heme aquí con esta historia, que ni breve ni corta, juro yo es verdadera

martes, 14 de abril de 2009

¿Quién te Borró en Facebook?

Quién que tenga una cuenta de hotmail no ha recibido alguna vez un mensaje con el asunto “¿Quieres saber quién te ha borrado del messenger?”. Yo en 6 meses lo he recibido 3 veces, y las 3 veces lo he borrado sin mirarlo; no reviste ninguna importancia para mí. Pero cuál es mi sorpresa cuando el otro día vi en Facebook “Ana María se ha unido a quién te ha borrado de Facebook”, porque ese SÍ me interesa; y no porque yo quiera saberlo, no me importa si alguien me borra, ni que sea mi madre, mi hermana, mi mejor amigo o mi pareja, es su problema. Pero al mismo tiempo me gustaría que fuese mi problema a quién acepto y a quién no, o una vez aceptado ignorarle o borrarle, porque con las redes sociales pasa que a veces te ves obligad@ a aceptar al pesado del trabajo, al *...* del jefe y entonces en el apartado “¿Qué estás pensando?” no puedes poner: “el ca..ón de mi jefe me ha hecho quedarme 2 horas más esta tarde”, o “no aguanto más al pelota de Antoñito” porque tanto a Antoñito como al jefe los has tenido que agregar como amigos. Pero siempre te quedaba la esperanza de borrarlos luego y no se daban cuenta. Pero ahora, con esta herramienta… Se fastidió el tema.

Revista El Jueves nº1650 Descripión de Amigos en la vida real: persona con la que tienes una relación de afecto. En Facebook: alguien con quien estuviste una vez a menos de 10 metros.

EL MIEDO

En la Universidad de Tokio, Japón, manipularon ratones genéticamente consiguiendo que no tuvieran miedo a los gatos, sus naturales depredadores, miedo que les salva de ser atacados y comidos por los mininos.

Con éste resultado en la investigación, se demuestra que el miedo no proviene de la experiencia, sino que es genético.

Mi opinión en este tema es que el miedo sí que es genético como demuestra éste experimento, pero que también se puede desarrollar con la experiencia. Por ejemplo el miedo a volar, en mi entorno hay mucha gente que siempre ha volado, y varias veces al año, y ahora tienen miedo a volar. Algunos tienen un miedo controlable, terminan cogiendo el avión, y otros han tenido que salirse de él por ataque de ansiedad.

Otros casos en mi entorno, el de una persona que conducía bastante bien, no sólo tiene el carnét B si no que también se había sacado el C; se atrevía con todo: nieve, hielo, viento... Pues desde que tuvo un golpe por culpa de una placa de hielo, ahora le cuesta conducir, y cuando lo hace lo pasa mal, suda y va excesivamente despacio, siendo sin quererlo un peligro.

También creo que el miedo se “aprende” o se inculca. El padre o la madre que agarra o aparta a su hij@ cada vez que se cruzan con un perro, le está infundando miedo. O ya más antiguamente, los “temerosos de Dios”: “Si no vas a misa Dios te castiga”, “si no rezas todas las noches Dios te castiga”. Y luego están las supersticiones, creencias que te hacen tener miedo al cruzarte con un gato negro, o al pasar por debajo de una escalera...

Así que mi conclusión con respecto al miedo es como aquella duda filosófica: ¿El hombre nace o se hace?, yo creo que ambas.

jueves, 9 de abril de 2009

La Ministra de Defensa lleva sus bolsos

Hay que ver el revuelo que se ha montado en mi entorno laboral porque hace unos días salió una foto de Carme Chacón en uno de nuestros barcos, y se veía detrás de ella a una capitán llevándole su bolso y abrigo. Incluso recibí un e-mail con la foto adjunta y comentarios del estilo “para esto nos hacemos profesionales”.

A ver señor@s, en mi lugar de trabajo pasa algo similar cada semana, o cosas peores.

Pero ¿qué pasa?, ¿que porque sean de otra escala (no oficiales) entonces no pasa nada? ¿Es cumplir con el deber?

Como cuando de maniobras un suboficial te dice “Chiquita, ponme un café”. ¿Servir cafés entra dentro de las obligaciones para con un jefe? Por lo visto sí, y ahí si que no hay problema ¿no?, nadie se queja.

En realidad no les importa; sólo les importa porque es La Ministra de Defensa: Mujer, catalana y encima entró embarazada; eso es lo que les molesta. Porque yo he visto con mis propios ojos a oficiales servir cafés a otros y aquí no pasa nada, son sus secretarios o sus subordinados y punto.

Pero da igual, ya están contentos porque el miércoles 08 de abril salió en la página 14 del diario EL MUNDO una foto de Chacón, como indica el pié de foto: llevando sus bolsos. Ya se oía por los pasillos ¡se han oído nuestras quejas!

Reflexión profunda

Dicen que al morir no desaparecemos del todo ya que somos energía, y la energía no se destruye... se transforma. No sé qué decir; vale que al nacer estamos llenos de energía, somos como una súper pila alcalina nuevita; pero al envejecer, a penas nos queda energía, o ninguna, la “pila” se agota y sólo queda el “envase” (nuestro cuerpo). Otra cosa es el que muere en un accidente o de repente, que aún le queda energía a “esa pila”.